Las primeras letras las aprendió en su ciudad natal. En 1856 ingresó coma alumno en el Colegio de Concepción del Uruguay, donde cursó los estudios propios del Instituto, además de seguir un curso especial de instrucción militar; allí recibió su primer despacho de oficial de artillería. Ingresó al Ejército de la Confederación Argentina en el año 1859, justamente cuando éste iniciaba sus campañas contra Buenas Aires. Su bautismo de fuego lo recibió en la acción de Rosario, batiéndose luego en Cepeda, volviendo después de esta acción militar a la Provincia de Entre Ríos a proseguir sus estudios, temporariamente interrumpidos, los cuales volvió a cortar para intervenir en otras acciones de guerra.
Su participación en Pavón fue la de un verdadero héroe, pues ante la derrota sufrida por los confederadas en ese encuentro se negó a alejarse del campo de batalla como vencido, defendió su pieza de artillería, consiguiendo llegar a la ciudad de Rosario de Santa Fe con un cañón y un contingente de soldados sin rendirse. Meses después se trasladó a la ciudad de Buenos Aires donde su tío, el doctor Marcos Paz, lo hizo designar agregado en la Secretaría de la Intervención en las provincias del norte.
Con el grado de Teniente se trasladó a la ciudad de Mendoza; más pronto se alistó en las filas del Ejército Nacional que marchó al Paraguay, donde actuó en las acciones de Uruguayana, Paso de la Patria, Curupaytí, Yatay, Tuyutí y Lomas VaIentinas, al cabo de las cuales recibió las insignias de Sargento Mayor. Durante la Presidencia del sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento fue ascendido a Teniente Coronel, siendo designado Jefe del Regimiento Nº 7 de Línea, y algún tiempo después se lo destinó a la frontera del norte y con la misión de mantener el gobierno constituido en la provincia de Salta. Par su brillante actuación en Ñaembé se le otorgó el despacho de Coronel, pasando a ocupar la Jefatura Superior de la frontera de Río Cuarto; desde allí movilizó al Ejército del Norte para sofocar el levantamiento provocado par el general Arredondo, lo que consiguió en el encuentro de Santa Rosa, haciendo prisionero al sublevado; el Presidente de la Nacían la ascendió a General y lo destinó a la Comandancia en Jefe de las fronteras del interior.
Ante la muerte inesperada del Ministro de Guerra, Doctor Adolfo Alsina, el presidente Avellaneda designó al general Roca en el cargo vacante en 1878. Un año después inició la Campaña al Desierto frente a cinco columnas de las tres armas.
A ello se agrega la demarcación de límites de territorios nacionales cuya anexión era motivo de discordias entre cinco provincias, la solución de continuos conflictos de fronteras internacionales y la apertura de caminos a través de la muralla andina presentando inmejorables perspectivas a la producción.
Valorada la empresa realizada para el general Roca, ella incidió para que la mayoría de las provincias argentinas consagraran su nombre para Presidente de la Nación, cargo que asumió el 12 de octubre de 1880.
Durante sus seis años frente a la primera magistratura de la República fomentó el comercio y el establecimiento de industrias, lo cual llevó a mejorar la economía argentina. Terminó la Campaña al Desierto comenzada -como hemos dicho- en 1879, entre los años 1881 a 1883.
En la primera parte de su gobierno debió atender el conflicto con Chile que día a día se agudizaba; en el año 1881 firmó el tratado de límites que sería la base de un arreglo futuro. Con la solución de las dos cuestiones detalladas precedentemente y el sometimiento a arbitraje del litigio misionero, cuya gobernación territorial hubo de crearse, en la ocasión quedaba asegurada la paz fronteriza y la paz interna y en condiciones de desarrollarse el programa de paz y administración proclamada por el nuevo gobernante.
En la primera presidencia del general Roca las líneas ferroviarias aumentaron de 2.318 Km a 5.964 Km. Las obras públicas proliferaron en todo el país; Buenos Aires dejó de ser la gran aldea para convertirse en una urbe internacional semejante a las mejores capitales del mundo. Merced a su gestión, se organizaron los tribunales de la Nación, se llegó a la regulación de la moneda, se establecieron los territorios nacionales y los registros civiles en toda la República y se ordenó el régimen municipal. Puso en todos sus planes de gobierno un sello de liberalismo, que encontró eco favorable en su ministro Eduardo Wilde.
El 12 de octubre de 1886 el general Roca entregó el gobierno de la Nación a su concuñado, el doctor Miguel Juárez Celman, viajando el ilustre tucumano a Europa. De regreso en su Patria se dedicó de lleno, nuevamente, a la política.
Producida la crisis institucional que obligó a renunciar al doctor Juárez Celman, asumió para completar el período de gobierno el vicepresidente doctor CarIos Pellegrini, quien confió la cartera del Interior al general Roca. Posteriormente, durante la Presidencia del doctor Luis Roque Sáenz Peña, fue llamado a hacerse cargo de todas las fuerzas nacionales, con el fin de contener los repetidos movimientos revolucionarios, más la inestabilidad política obligó a renunciar al doctor Sáenz Peña y le sucedió el vicepresidente, doctor José Evaristo Uriburu; por esos días Roca ocupaba una banca en el Senado de la Nación.
En 1898 el general Roca fue elegido, por segunda vez, para que ocupara la Presidencia de la República. En esa segunda Presidencia Roca firmo la paz definitivamente con Chile, mediante el arbitraje inglés; organizó las fuerzas de mar y tierra; estableció el servicio militar obligatorio; aumentó las unidades de nuestra marina de guerra; estimuló las fuentes de producción del comercio y las industrias, acrecentando el desenvolvimiento económico en todos sus aspectos.
Después del 12 de octubre de 1904 el General Roca se alejó definitivamente de la vida pública; no obstante durante la Presidencia del doctor Roque Sáenz Peña hubo de aceptar el cargo de embajador ante el gobierno del Brasil por algún tiempo. De regreso al país se dedicó a administrar sus intereses.
El 19 de octubre de 1914 falleció en la ciudad de Buenos Aires, hecho que conmovió hondamente a la República.
(1) Extraído de ALEJANDRO ROCA EN SU PROYECCIÓN -75 Aniversario-, Escribana Marta Nuñez, 1980.
Su participación en Pavón fue la de un verdadero héroe, pues ante la derrota sufrida por los confederadas en ese encuentro se negó a alejarse del campo de batalla como vencido, defendió su pieza de artillería, consiguiendo llegar a la ciudad de Rosario de Santa Fe con un cañón y un contingente de soldados sin rendirse. Meses después se trasladó a la ciudad de Buenos Aires donde su tío, el doctor Marcos Paz, lo hizo designar agregado en la Secretaría de la Intervención en las provincias del norte.
Con el grado de Teniente se trasladó a la ciudad de Mendoza; más pronto se alistó en las filas del Ejército Nacional que marchó al Paraguay, donde actuó en las acciones de Uruguayana, Paso de la Patria, Curupaytí, Yatay, Tuyutí y Lomas VaIentinas, al cabo de las cuales recibió las insignias de Sargento Mayor. Durante la Presidencia del sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento fue ascendido a Teniente Coronel, siendo designado Jefe del Regimiento Nº 7 de Línea, y algún tiempo después se lo destinó a la frontera del norte y con la misión de mantener el gobierno constituido en la provincia de Salta. Par su brillante actuación en Ñaembé se le otorgó el despacho de Coronel, pasando a ocupar la Jefatura Superior de la frontera de Río Cuarto; desde allí movilizó al Ejército del Norte para sofocar el levantamiento provocado par el general Arredondo, lo que consiguió en el encuentro de Santa Rosa, haciendo prisionero al sublevado; el Presidente de la Nacían la ascendió a General y lo destinó a la Comandancia en Jefe de las fronteras del interior.
Ante la muerte inesperada del Ministro de Guerra, Doctor Adolfo Alsina, el presidente Avellaneda designó al general Roca en el cargo vacante en 1878. Un año después inició la Campaña al Desierto frente a cinco columnas de las tres armas.
A ello se agrega la demarcación de límites de territorios nacionales cuya anexión era motivo de discordias entre cinco provincias, la solución de continuos conflictos de fronteras internacionales y la apertura de caminos a través de la muralla andina presentando inmejorables perspectivas a la producción.
Valorada la empresa realizada para el general Roca, ella incidió para que la mayoría de las provincias argentinas consagraran su nombre para Presidente de la Nación, cargo que asumió el 12 de octubre de 1880.
Durante sus seis años frente a la primera magistratura de la República fomentó el comercio y el establecimiento de industrias, lo cual llevó a mejorar la economía argentina. Terminó la Campaña al Desierto comenzada -como hemos dicho- en 1879, entre los años 1881 a 1883.
En la primera parte de su gobierno debió atender el conflicto con Chile que día a día se agudizaba; en el año 1881 firmó el tratado de límites que sería la base de un arreglo futuro. Con la solución de las dos cuestiones detalladas precedentemente y el sometimiento a arbitraje del litigio misionero, cuya gobernación territorial hubo de crearse, en la ocasión quedaba asegurada la paz fronteriza y la paz interna y en condiciones de desarrollarse el programa de paz y administración proclamada por el nuevo gobernante.
En la primera presidencia del general Roca las líneas ferroviarias aumentaron de 2.318 Km a 5.964 Km. Las obras públicas proliferaron en todo el país; Buenos Aires dejó de ser la gran aldea para convertirse en una urbe internacional semejante a las mejores capitales del mundo. Merced a su gestión, se organizaron los tribunales de la Nación, se llegó a la regulación de la moneda, se establecieron los territorios nacionales y los registros civiles en toda la República y se ordenó el régimen municipal. Puso en todos sus planes de gobierno un sello de liberalismo, que encontró eco favorable en su ministro Eduardo Wilde.
El 12 de octubre de 1886 el general Roca entregó el gobierno de la Nación a su concuñado, el doctor Miguel Juárez Celman, viajando el ilustre tucumano a Europa. De regreso en su Patria se dedicó de lleno, nuevamente, a la política.
Producida la crisis institucional que obligó a renunciar al doctor Juárez Celman, asumió para completar el período de gobierno el vicepresidente doctor CarIos Pellegrini, quien confió la cartera del Interior al general Roca. Posteriormente, durante la Presidencia del doctor Luis Roque Sáenz Peña, fue llamado a hacerse cargo de todas las fuerzas nacionales, con el fin de contener los repetidos movimientos revolucionarios, más la inestabilidad política obligó a renunciar al doctor Sáenz Peña y le sucedió el vicepresidente, doctor José Evaristo Uriburu; por esos días Roca ocupaba una banca en el Senado de la Nación.
En 1898 el general Roca fue elegido, por segunda vez, para que ocupara la Presidencia de la República. En esa segunda Presidencia Roca firmo la paz definitivamente con Chile, mediante el arbitraje inglés; organizó las fuerzas de mar y tierra; estableció el servicio militar obligatorio; aumentó las unidades de nuestra marina de guerra; estimuló las fuentes de producción del comercio y las industrias, acrecentando el desenvolvimiento económico en todos sus aspectos.
Después del 12 de octubre de 1904 el General Roca se alejó definitivamente de la vida pública; no obstante durante la Presidencia del doctor Roque Sáenz Peña hubo de aceptar el cargo de embajador ante el gobierno del Brasil por algún tiempo. De regreso al país se dedicó a administrar sus intereses.
El 19 de octubre de 1914 falleció en la ciudad de Buenos Aires, hecho que conmovió hondamente a la República.
(1) Extraído de ALEJANDRO ROCA EN SU PROYECCIÓN -75 Aniversario-, Escribana Marta Nuñez, 1980.