Luego, un punto en el que se detalla que es lo que sabía de sí misma la familia de Martín Roca, presunto hijo de Alejandro.
En el siguiente lo que Pedro Roca, de 92 años e hijo de Manuel, el otro supuesto hijo de Alejandro, me transmitió en una de entrevista.
A continuación analizo lo que pude conocer a través de siete documentos que se refieren al caso. Fotocopias de los cuales añado.
Después trato de precisar que es lo que era un "hijo de crianza" en la época que aparecen Martín y Manuel.
Doy en el párrafo siguiente una semblanza de Alejandro Roca.
Finalmente transmito mis conclusiones.
Puede que este trabajo no se aprecie exactamente como "historia regional" sino como "historia familiar", pero dada la trascendencia de la actividad de Alejandro en una época fundacional en la región, me ha parecido de interés general. Por otra parte, siempre es atrayente poder establecer una verdad.
Aldo Hugo Cantón
Campo Las Piedritas
LOS CISNES (Cba.)
C.P. 2684
Telefax 03584-493009
Correo-e: aldohugo@loscisnesnet.com.ar
Introducción
A fines de 1998 la Universidad de Río Cuarto editó mi trabajo sobre "Los Campos de Roca" con 80 páginas en las que me refería a la forma en que el general Julio A. Roca había llegado a ser propietario de importantes cantidades de tierra en el sur cordobés, y su destino posterior. Como no podía ser de otra manera el libro contenía muchas referencias a su hermano Alejandro, quien había sido copropietario de las primeras suertes compradas (92.000 Has.), y finalmente quien le transmitió por testamento todo lo que había adquirido en la región (70.000 Has.) durante los treinta años en que vivió en Río Cuarto.
En el capítulo "La testamentaría de Alejandro" transcribí lo que leí en el testamento original1 , incluido en el expediente de su sucesión, donde dice ser soltero, no tener "herederos forzosos legítimos ni naturales".
El señor Pedro Arce Roca, de Laboulaye, tuvo oportunidad de leer mi trabajo y la atención de escribirme, haciéndome notar que yo estaba en un error, ya que según su saber, Alejandro había sido padre de dos hijos con una indígena y que él mismo era por eso, bisnieto de Alejandro. Ponía a mi disposición la documentación que lo probaba.
Como el señor no conocía mi dirección envió la carta a la Universidad. En una de mis esporádicas visitas a esa sede, se me informó que tenía una correspondencia que no pude retirar porque la hora no coincidía con la de la oficina postal. Situación que se reiteró tiempo después y finalmente la carta le fue devuelta.
Con una constancia que admiro y agradezco, don Pedro Arce, un año después tuvo mis señas por un profesor de aquella ciudad que me conoce, y me escribió de nuevo. Adjuntaba la carta original y me proponía una charla.
Era esto a mediados de mayo del año pasado, momento en que estaba proyectando un viaje que hago anualmente al partido de Gral. Villegas, pasando naturalmente por Laboulaye. Hablé por teléfono con el señor y me aceptó que lo visitara en las primeras horas de un día feriado nacional, que era cuando yo pasaría cerca de su domicilio. Toda una gentileza.
Desayunamos en su casa con su esposa, una hermana que había viajado ex profeso desde Gral. Levalle y un hermano mío que me acompañaba.
Ahí supimos cuál era la verdad que conocían los nietos de Martín Roca, la que describo a continuación.
Los descendientes de Martín Roca
Pedro José (n.1928) y Cledia Clementina (n.1936), nuestros anfitriones de esa mañana en Laboulaye, son nietos de Martín Roca, hijos a su vez de Juana Gualberta o Alberta Roca, nacida c. 1907 en Levalle, según consta en el acta de matrimonio que contrajo el 16 de mayo de 1925 con Pedro Nolasco Arce, nacido c. 1891.
Del nacimiento de Juana Gualberta, (fruto del matrimonio de Martín con Clementina Rivarola), ni sus hijos ni yo hemos conseguido documentación2 . Sí hay constancias de otros hijos (en total habrían sido 14) de la pareja, copias de algunas actas me fueron facilitadas por los sobrinos que entrevisté. En dos se menciona como abuelo paterno a Alejandro Roca, en otras no. En ninguna se da el nombre de la abuela paterna.
La memoria familiar presente en los hermanos Arce Roca, les hace relatar que Martín y Manuel, supuestos hijos naturales de Alejandro, vivían en la propiedad de éste, la estancia conocida como El Mataco.3
Siempre según los hermanos Arce Roca, cuando Uriburu se hizo cargo del campo les dio una volanta con dos caballos y 100 patacones a Martín y Manuel y los echó del campo.
De Manuel saben que rumbeó para Río Cuarto, mientras que Martín quedó en la zona. Fue uno de los primeros pobladores de Levalle, en cuyo pueblo tuvo una propiedad, en España y Grito de Alcorta. Era conocido como el "Indio Roca". Hasta que en un viaje a Buenos Aires en tren, falleció a bordo, el 6 de enero de 1923. Siendo desembarcado el cadáver y sepultado en San Miguel (BA). De los 14 hijos que se dice tuvo, una de sus hijas, Ramona Rosario nació y vivió en Levalle, donde era muy considerada por su ascendencia. Murió en 1997, con 82 años.
(1) Legajo 2503, año 1904, Tribunales de la Capital Federal.
(2) Tampoco estaba asentado el nacimiento en 1917, de Dora Florentina, cuya inscripción tramita en una información sumaria su cuñado Antonio Uboldi, en 1942. (Me hicieron recordar la anécdota del catamarqueño que "no anotaba a las hembritas, total pa'qué?)
(3) El general Julio Argentino, al año siguiente de morir Alejandro y de recibir sus bienes en herencia, -entre ellos esta estancia- hizo un convenio con sus seis hijos para distribuir lo que les correspondía por la sucesión de Clara, su esposa, muerta 15 años atrás. Les adjudicaron cinco leguas a cada una de las 5 hijas y tres a Julito. El Mataco eran 8 leguas, 3 fueron para Julito y 5 para Agustina, casada con Evaristo E. Uriburu, quien poco después compró las tres leguas del cuñado.
Los descendientes de Manuel Roca
También son numerosos los hijos de Manuel. Casado a los 22 años con Juana Herrera, de 17, tuvieron nueve descendientes. Dato que me transmitió Pedro, el menor de los varones, nacido en 1909, actualmente viviendo con sus 92, casi 93 años, en el Alberdi, como dicen los riocuartenses.
Felizmente Pedro es un anciano lúcido, por lo que puede contar de su padre cosas que son como en el caso de los nietos de Martín, fruto de la tradición oral dentro de la familia, pero también otras que recuerda por haberlas vivido.
De aquellas que cree saber por tradición, resalta el relato de que después de la muerte de Alejandro, Manuel seguía viviendo en La Igualdad, donde había sido una especie de apoderado de su presunto padre. Lo que constaba en un escrito.
En una visita de Julio Argentino, nuevo propietario de la estancia por haberla recibido en herencia, le pidió a Manuel que le mostrara el papel, cosa que éste hizo. Y el general lo rompió delante de él mismo, diciendo que no servía para nada.
Según Pedro, Manuel tenía marca propia por sugerencia de Alejandro y vacunos que por esa causa probaban ser suyos. Aunque Julio lo dejó seguir viviendo en la estancia4 , al tiempo se alejó y puso una carnicería a unos 5 kms. al oeste de Río Cuarto, frente a campos que eran de Beda Epper, padrino a su vez del propio Pedro.
Cuando se le terminaron los animales, dejó la carnicería y se vino a Río Cuarto, instalando un almacén en la esquina de las calles Mendoza y San Juan. Más tarde se trasladó a otro local, más chico, y ahí terminó de fundirse por darle la garantía en la casa Jorba, a un turco conocido que nunca pagó.
Luego trabajó en la Municipalidad y la cárcel. Se puede deducir del relato que el hermano mayor de Pedro, Manuel Domingo, haya influido para que su padre consiguiera esos trabajos dada la militancia política, "lomo negro", lo que también hizo al propio primogénito comisario de policía en Los Jagüeles (hoy Las Vertientes). Manuel Domingo fue el padre de Beatriz, que como otros descendientes del mismo tronco, vive en Río Cuarto.
Manuel Roca murió en Río Cuarto en 1942 según la memoria de su hijo, mientras que la esposa lo sobrevivió 8 años. Añadido a estos recuerdos, Pedro lamenta que cantidad de fotografías que conservaba su madre, fueran quemadas.
(4) La Igualdad fue vendida por el General a un tercero en 1905, por lo que poco tiempo pudo haber quedado Manuel en ella.
Que dicen los documentos
Hasta aquí he relatado lo que los descendientes de Manuel y Martín Roca me han podido aportar. Antes de llegar a las conclusiones voy a contarles que es lo que he podido documentar.
I) Lo primero (amén de lo que los hermanos Arce Roca me entregaron) fue el acta de casamiento de Manuel con Juana Herrera.
Carlos Mayol Laferrere, con su nutrido archivo y su amplia generosidad, encontró y me entregó copia de esa acta, fechada en el Registro Civil de Río Cuarto el 10 de mayo de 1891. En ella se dice textualmente: .Manuel Roca, de veinte y dos años de edad, argentino, nacido en el territorio Sud (Pampas), domiciliado en la estancia "La Igualdad" de propiedad del señor Alejandro Roca, situada en este departamento, empleado, hijo de crianza del señor Alejandro Roca, argentino, comerciante, domiciliado en esta ciudad, no recuerda el nombre de la madre por haber venido muy niño de las Pampas (es indígino -sic-); y doña Juana Herrera, de diez y siete años de edad, argentina, nacida en los Llanos de la Rioja, domiciliada en La Igualdad.
Este documento resultó la punta de la madeja y factor de incitación para tratar de hallar más material probatorio.
II) Una de las cosas que sentía como un desafío era dar con la constancia de la muerte de Martín en las circunstancias que sus nietos relataban.
En el Registro Civil de San Miguel, provincia de Buenos está efectivamente esa constancia. Al día siguiente del que ellos me señalaron como el de la defunción, 6 de enero de 1923, se presenta el hijo mayor, Ramón Martín a denunciarla. No se menciona nada que haga pensar que la muerte ocurrió en el tren, sino que se da como sucedida en el cuartel Primero de ese partido, a las 17 horas y 50 minutos, de cáncer de estómago, según certificado médico del doctor Eduardo Burgos.
Ramón Martín declara ser soltero, de veintisiete años, accidentalmente en este pueblo. De el padre, con domicilio en General Levalle, dice que tiene 49 años, casado con Clementina Rivarola, que no ha testado y que ignora las demás generalidades de la ley. O sea, Ramón no sabía adónde había nacido el padre ni quienes eran sus abuelos paternos.
III) El casamiento de Martín, por civil, consta en el acta número 152 del 26 de octubre de 1894. Declara "22 años de edad, nacido en la Pampa Central (indio), domiciliado en la estancia La María, uvicada -sic- en la pedanía de la Reducción, departamento General Roca5 , empleado, hijo de padre y madre desconocidos. Ella, Clementina Rivarola de 16 años, nacida en Villa de La Paz, San Javier, domiciliada en la estancia La Igualdad, hija de familia, padre: José Rivarola, argentino, jornalero, fallecido en La Igualdad el 6 de noviembre de 1890. Madre: Clementina Herrera, argentina, quehaceres domésticos, domiciliada en La Igualdad, quien da su consentimiento. Testigos, Luis Jorge Duclos de 30 años, viudo, domiciliado en Río Cuarto y Patricio Alaniz de 22 años, soltero", del mismo domicilio que el novio.
IV) Por iglesia, la boda se celebra tres días después, acta número 96, donde sólo hay diferencias leves, que nada alteran. De Martín dice que es nacido en Tierra Adentro, vecino de la ciudad, y estanciero. Criado por Alejandro Roca. De la novia, la da como nacida en San Pedro, departamento de San Alberto, domiciliada también en la ciudad. El matrimonio se bendice sin misa nupcial. Testigos: Alejandro Roca e Inocencia Godoy.
V) El acta del matrimonio religioso de Manuel, número 45, es del día siguiente al del civil o sea el 11 de mayo de 1891. Respecto a la edad del novio, dice "como de veintidós años, nacido en Tierra Adentro, criado por Alejandro Roca, Jefe Político del Departamento". Hubo misa nupcial, y fueron testigos Nicanor Agüero y Ramona Benegas de Ceballos.
VI) El 15 de marzo de 1879, están registrados en las actas 109 y 110, libro número 17, folio 22, los solemnes bautismos de Manuel y Martín por el teniente cura Carlos Leonardi, con licencia del Cura y Vicario Encargado del Curato de Río Cuarto, P. Ludovico Quaranta. De ambos se dice que se ignora el nombre de los padres y que son nacidos en Tierra Adentro.
A Manuel se le calculan 7 años de edad, y a Martín, 6. Los cría Alejandro Roca, quien además fue padrino.
VII) De la época que investigaba para Los Campos de Roca, poseo copia de un listado del personal que trabajaba en La Igualdad, del año 1900 o posterior6 . No figuran los nombres de Manuel ni Martín Roca, ni tampoco el de las personas que aparecen como testigos en los documentos arriba citados.
(5) Aquí hay un evidente error, la pedanía Reducción está en el departamento Juárez Celman. En cuanto a estancia La María no la he ubicado. El campo que hoy se conoce como La María, próximo al pueblo de Alejandro Roca, proviene de un fraccionamiento hecho en 1905, fecha muy posterior al matrimonio.
(6) El membrete impreso prevé para la fecha el número 190 y punto. Legajo de Julio A. Roca, Archivo General de la Nación.
Hijos de crianza
Aunque aparece claro el concepto a nuestro entendimiento, la expresa mención que se hace en el acta del matrimonio civil de Manuel, despertó mi interés por saber que se entendía en la sociedad de fines del siglo XIX, en Río Cuarto, por "hijo de crianza". (Situación que se confirma para Manuel y Martín en los otros documentos donde se dice "criado por" o "los cría"). Ignoraba si la condición de "hijo de crianza" era algo que estaba en las costumbres o en las leyes.
Un trabajo que pude encontrar en Internet, de María Cassinari de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, titulado La Situación Jurídico-Social del Menor (1810-1870) hecha luz sobre el tema. Cita que en la Cuarta Partida de las siete que dictó el rey Alfonso el Sabio (1221-1284), se legisla sobre el particular, pero opina que en la sociedad se operaría con formas convencionales menos complicadas que las que establece el derecho. En párrafos siguientes dice textualmente "Desde el siglo XVII es notoria la presencia de hijos de crianza tanto en los hogares porteños como en las provincias, fenómeno éste que se proyectará hasta el siglo XX."
Más adelante expresa "..esta función (la de padres de crianza) no estaba resignada sólo a aquellas personas unidas en legítimo matrimonio, sino que, todos aquellos individuos que lo deseaban amparaban a los niños recibidos judicial o extra judicialmente: forzosa o voluntariamente; por caridad o interés; de padres conocidos, vivos o difuntos o, simplemente echados a las puertas de su casa."
Testimonios de que estos enunciados teóricos eran una realidad en la villa de la Concepción los da Víctor Barrionuevo Imposti en su Historia de Río Cuarto7 dice "A veces se procedía a permutar cautivos por indiecitos en poder de los cristianos" y transcribe a continuación párrafos de correspondencia de los años 1872 y 1873 donde hay varias referencias a esta situación. Una de ellas muy expresiva: ".no sé dónde está ni quien tiene este indio, y porque estas restituciones provocan mucho disgusto, como usted bien sabe, con las personas que les han cobrado cariño después de haberlos educado y tenerlos en su poder más de dos años".
Más adelante cita otra carta de 1879, al padre Donati, donde un amigo de Córdoba le da noticias del indiecito que le había pedido colocar. Lo cría un señor que tiene una fábrica de fideos, adónde el hijo de crianza debe trabajar, pero también asiste a la escuela de noche, "porque él quiere estudiar".
En el Registro que cito en el punto VI del apartado anterior, poco después de las actas de bautismo de Manuel y Martín están las número 189 y 190, que se refieren al mismo rito respecto de Mariano y María Rosas respectivamente, nacidos Tierra Adentro, hijos de Epumer y Emilia Nantuis a quien los cría el doctor Jerónimo Aliaga.
En el supuesto de que pudiera existir un reconocimiento posterior de la paternidad de Alejandro, revisé también los Libros de Órdenes Judiciales del Registro Civil de Río Cuarto, dónde el más antiguo es de 1903, y contiene nada más que anotaciones de nacimientos hechos fuera de término. El segundo tomo salta a 1910.
(7) Tomo III, página 214. (8) En la legislación positiva argentina, sistematizada por Vélez Sarsfield en el Código Civil que rige desde diciembre de 1889, no hay referencias a "hijos de crianza". Cosa que sí ocurre en disposiciones de varios países de América (Chile, Colombia, Puerto Rico, Costa Rica, USA), a veces denegando y a veces concediendo derechos.
Sobre Alejandro Roca
No he tenido acceso directo a documentación sobre la vida de este hijo primogénito de Segundo y Agustina Paz. Nacido en Tucumán en 1838, la bibliografía que he podido consultar lo da haciendo la escuela primaria en su ciudad natal, y para 1859 lo ubica en Buenos Aires. Durante la guerra del Paraguay (1864-1870) comerciaba en los pueblos correntinos o abastecía al Ejército en combinación con su hermano Ataliva quien permaneció entre porteños. Terminada la guerra habría seguido con la actividad comercial en pueblos de la provincia de Buenos Aires, Luna dixit, en Soy Roca.
En 1871, su hermano el General, vino a Río Cuarto, donde se hizo cargo de la guarnición en este punto de la frontera. En medio de su quehacer militar y político le encargó a un amigo que le compre, en 1874, en uno de los cuestionados remates en Buenos Aires, las 35 leguas de lo que inicialmente se conoció como "Las Terneras". Demoró en obtener el título de propiedad hasta el año siguiente, y en 1878 se presenta para que le sea reconocida el 50% de la pertenencia a Alejandro, ya que él había aportado la mitad del dinero.
¿Desde cuándo estaba Alejandro en la Villa? En 1875 aparece como concejal municipal. Es el primer dato cierto de su presencia aquí. Los indicios son que habría venido el año anterior, llamado por Julio para la atención del campo. Pero no hay certeza.
Vivió en Río Cuarto hasta su muerte en 1904. Durante estos 30 años su actividad es constante. En lo económico y en lo institucional. Concejal algunos años, Jefe Político varios más. Adherido a la masonería en Asunción en 1870, funda aquí la logia Estrella del Sud, en 1898. La gran cantidad de tierra que fue comprando a posteriori lo puede mostrar como un acaparador, un especulador. Pero la perfomance de La Igualdad demuestra gran iniciativa en lo productivo. Para armar ese establecimiento, en compras sucesivas (entre 1878 y 1884) logró unir cinco fracciones provenientes de las parcelaciones de la época colonial, en total 2.201 hectáreas, una extensión, si se quiere, modesta. Las dotó de riego, implantó alfalfa y exportó desde ahí los primeros novillos gordos, en pie, a Inglaterra.
A pesar de que fray Quírico Porreca lo trata en un escrito de "profundo ignorante", la generalidad de las crónicas periodísticas de la época lo tratan con respeto y consideración.
Culmina el bien hablar de nuestro hombre cuando fallece y la revista de gran difusión nacional Caras y Caretas, dice en la nota necrológica: "Era un hombre laborioso, honestísimo que á fuerza de coraje y trabajo había logrado formar una holgada posición, había emprendido las obras más animosas, dando pruebas siempre de un raro sentido práctico y de clara inteligencia. En Río IV durante muchos años estuvo dedicado á sus intereses, logró ganarse el aprecio de todos los que lo trataron, por su carácter bondadoso, pues amparó siempre a los humildes y a los honestos".
Conclusiones
El momento histórico en que Manuel y Martín nacieron, los usos de la época, la propia personalidad de Alejandro Roca, la época en que llegó a la zona; amén de los documentos, me hacen pensar que efectivamente estos dos Roca lo fueron por ser hijos de crianza a los que se los dotó del apellido. No consecuencia de una paternidad biológica que quisiera ser ocultada.
Situación que a mi ver no implica ninguna mengua, ni para el criador ni para los criados. Por el contrario es una muestra de la posibilidad de integrar dos culturas con beneficios para ambas. Demuestra la capacidad de asimilación de los indígenas. Estos no fueron los únicos casos en la frontera de Córdoba, están Carrenao, Mariano Rosas, etc.
En el caso de Manuel y Martín tenemos las evidencias, por un lado, del aprovechamiento de la instrucción recibida que se hace patente en la caligrafía de las firmas de ambos. Por otro, en las familias respetables que formaron.
Quizás si se hubieran multiplicado estas "crianzas de hijos", otro sería el país y nos habríamos librado de la carga que tiene nuestra sociedad en la conciencia colectiva por el exterminio que a imitación de otros tantos que hubo en la humanidad, nuestra clase dirigente llevó adelante como una solución.
Estos son los hechos, la realidad. Que debemos aceptar sin beneficio de inventario.
Sobre lo que podríamos llamar "la ubicación social" de estos hijos de crianza, llama la atención ver sus nombres en el periódico El Pueblo, que aparecía en Río Cuarto, mucho antes del diario del mismo nombre. En la edición del 30 de abril de 1893 (Manuel ya casado y Martín próximo a hacerlo), el tesorero de una comisión de homenaje al Dr. Bejarano (médico que vivía a metros de la estación del Andino según acotación de Mayol Laferrere) cree prudente hacer público el resultado de una colecta que se había hecho para obsequiarle un álbum. Da cuenta que una persona aportó $ 0,50, dos N.N. 1 peso cada uno y otras 56 personas que nomina, también un peso cada una. En ese listado están entre otros destacados vecinos Carlos Bouquet, Bernardo Lacasse, Alejandro Roca, Urban Saint Remy, Vicente Jorba y ¡Manuel y Martín Roca!
Aldo Hugo Cantón
Los Cisnes, marzo de 2002.
En el siguiente lo que Pedro Roca, de 92 años e hijo de Manuel, el otro supuesto hijo de Alejandro, me transmitió en una de entrevista.
A continuación analizo lo que pude conocer a través de siete documentos que se refieren al caso. Fotocopias de los cuales añado.
Después trato de precisar que es lo que era un "hijo de crianza" en la época que aparecen Martín y Manuel.
Doy en el párrafo siguiente una semblanza de Alejandro Roca.
Finalmente transmito mis conclusiones.
Puede que este trabajo no se aprecie exactamente como "historia regional" sino como "historia familiar", pero dada la trascendencia de la actividad de Alejandro en una época fundacional en la región, me ha parecido de interés general. Por otra parte, siempre es atrayente poder establecer una verdad.
Aldo Hugo Cantón
Campo Las Piedritas
LOS CISNES (Cba.)
C.P. 2684
Telefax 03584-493009
Correo-e: aldohugo@loscisnesnet.com.ar
Introducción
A fines de 1998 la Universidad de Río Cuarto editó mi trabajo sobre "Los Campos de Roca" con 80 páginas en las que me refería a la forma en que el general Julio A. Roca había llegado a ser propietario de importantes cantidades de tierra en el sur cordobés, y su destino posterior. Como no podía ser de otra manera el libro contenía muchas referencias a su hermano Alejandro, quien había sido copropietario de las primeras suertes compradas (92.000 Has.), y finalmente quien le transmitió por testamento todo lo que había adquirido en la región (70.000 Has.) durante los treinta años en que vivió en Río Cuarto.
En el capítulo "La testamentaría de Alejandro" transcribí lo que leí en el testamento original1 , incluido en el expediente de su sucesión, donde dice ser soltero, no tener "herederos forzosos legítimos ni naturales".
El señor Pedro Arce Roca, de Laboulaye, tuvo oportunidad de leer mi trabajo y la atención de escribirme, haciéndome notar que yo estaba en un error, ya que según su saber, Alejandro había sido padre de dos hijos con una indígena y que él mismo era por eso, bisnieto de Alejandro. Ponía a mi disposición la documentación que lo probaba.
Como el señor no conocía mi dirección envió la carta a la Universidad. En una de mis esporádicas visitas a esa sede, se me informó que tenía una correspondencia que no pude retirar porque la hora no coincidía con la de la oficina postal. Situación que se reiteró tiempo después y finalmente la carta le fue devuelta.
Con una constancia que admiro y agradezco, don Pedro Arce, un año después tuvo mis señas por un profesor de aquella ciudad que me conoce, y me escribió de nuevo. Adjuntaba la carta original y me proponía una charla.
Era esto a mediados de mayo del año pasado, momento en que estaba proyectando un viaje que hago anualmente al partido de Gral. Villegas, pasando naturalmente por Laboulaye. Hablé por teléfono con el señor y me aceptó que lo visitara en las primeras horas de un día feriado nacional, que era cuando yo pasaría cerca de su domicilio. Toda una gentileza.
Desayunamos en su casa con su esposa, una hermana que había viajado ex profeso desde Gral. Levalle y un hermano mío que me acompañaba.
Ahí supimos cuál era la verdad que conocían los nietos de Martín Roca, la que describo a continuación.
Los descendientes de Martín Roca
Pedro José (n.1928) y Cledia Clementina (n.1936), nuestros anfitriones de esa mañana en Laboulaye, son nietos de Martín Roca, hijos a su vez de Juana Gualberta o Alberta Roca, nacida c. 1907 en Levalle, según consta en el acta de matrimonio que contrajo el 16 de mayo de 1925 con Pedro Nolasco Arce, nacido c. 1891.
Del nacimiento de Juana Gualberta, (fruto del matrimonio de Martín con Clementina Rivarola), ni sus hijos ni yo hemos conseguido documentación2 . Sí hay constancias de otros hijos (en total habrían sido 14) de la pareja, copias de algunas actas me fueron facilitadas por los sobrinos que entrevisté. En dos se menciona como abuelo paterno a Alejandro Roca, en otras no. En ninguna se da el nombre de la abuela paterna.
La memoria familiar presente en los hermanos Arce Roca, les hace relatar que Martín y Manuel, supuestos hijos naturales de Alejandro, vivían en la propiedad de éste, la estancia conocida como El Mataco.3
Siempre según los hermanos Arce Roca, cuando Uriburu se hizo cargo del campo les dio una volanta con dos caballos y 100 patacones a Martín y Manuel y los echó del campo.
De Manuel saben que rumbeó para Río Cuarto, mientras que Martín quedó en la zona. Fue uno de los primeros pobladores de Levalle, en cuyo pueblo tuvo una propiedad, en España y Grito de Alcorta. Era conocido como el "Indio Roca". Hasta que en un viaje a Buenos Aires en tren, falleció a bordo, el 6 de enero de 1923. Siendo desembarcado el cadáver y sepultado en San Miguel (BA). De los 14 hijos que se dice tuvo, una de sus hijas, Ramona Rosario nació y vivió en Levalle, donde era muy considerada por su ascendencia. Murió en 1997, con 82 años.
(1) Legajo 2503, año 1904, Tribunales de la Capital Federal.
(2) Tampoco estaba asentado el nacimiento en 1917, de Dora Florentina, cuya inscripción tramita en una información sumaria su cuñado Antonio Uboldi, en 1942. (Me hicieron recordar la anécdota del catamarqueño que "no anotaba a las hembritas, total pa'qué?)
(3) El general Julio Argentino, al año siguiente de morir Alejandro y de recibir sus bienes en herencia, -entre ellos esta estancia- hizo un convenio con sus seis hijos para distribuir lo que les correspondía por la sucesión de Clara, su esposa, muerta 15 años atrás. Les adjudicaron cinco leguas a cada una de las 5 hijas y tres a Julito. El Mataco eran 8 leguas, 3 fueron para Julito y 5 para Agustina, casada con Evaristo E. Uriburu, quien poco después compró las tres leguas del cuñado.
Los descendientes de Manuel Roca
También son numerosos los hijos de Manuel. Casado a los 22 años con Juana Herrera, de 17, tuvieron nueve descendientes. Dato que me transmitió Pedro, el menor de los varones, nacido en 1909, actualmente viviendo con sus 92, casi 93 años, en el Alberdi, como dicen los riocuartenses.
Felizmente Pedro es un anciano lúcido, por lo que puede contar de su padre cosas que son como en el caso de los nietos de Martín, fruto de la tradición oral dentro de la familia, pero también otras que recuerda por haberlas vivido.
De aquellas que cree saber por tradición, resalta el relato de que después de la muerte de Alejandro, Manuel seguía viviendo en La Igualdad, donde había sido una especie de apoderado de su presunto padre. Lo que constaba en un escrito.
En una visita de Julio Argentino, nuevo propietario de la estancia por haberla recibido en herencia, le pidió a Manuel que le mostrara el papel, cosa que éste hizo. Y el general lo rompió delante de él mismo, diciendo que no servía para nada.
Según Pedro, Manuel tenía marca propia por sugerencia de Alejandro y vacunos que por esa causa probaban ser suyos. Aunque Julio lo dejó seguir viviendo en la estancia4 , al tiempo se alejó y puso una carnicería a unos 5 kms. al oeste de Río Cuarto, frente a campos que eran de Beda Epper, padrino a su vez del propio Pedro.
Cuando se le terminaron los animales, dejó la carnicería y se vino a Río Cuarto, instalando un almacén en la esquina de las calles Mendoza y San Juan. Más tarde se trasladó a otro local, más chico, y ahí terminó de fundirse por darle la garantía en la casa Jorba, a un turco conocido que nunca pagó.
Luego trabajó en la Municipalidad y la cárcel. Se puede deducir del relato que el hermano mayor de Pedro, Manuel Domingo, haya influido para que su padre consiguiera esos trabajos dada la militancia política, "lomo negro", lo que también hizo al propio primogénito comisario de policía en Los Jagüeles (hoy Las Vertientes). Manuel Domingo fue el padre de Beatriz, que como otros descendientes del mismo tronco, vive en Río Cuarto.
Manuel Roca murió en Río Cuarto en 1942 según la memoria de su hijo, mientras que la esposa lo sobrevivió 8 años. Añadido a estos recuerdos, Pedro lamenta que cantidad de fotografías que conservaba su madre, fueran quemadas.
(4) La Igualdad fue vendida por el General a un tercero en 1905, por lo que poco tiempo pudo haber quedado Manuel en ella.
Que dicen los documentos
Hasta aquí he relatado lo que los descendientes de Manuel y Martín Roca me han podido aportar. Antes de llegar a las conclusiones voy a contarles que es lo que he podido documentar.
I) Lo primero (amén de lo que los hermanos Arce Roca me entregaron) fue el acta de casamiento de Manuel con Juana Herrera.
Carlos Mayol Laferrere, con su nutrido archivo y su amplia generosidad, encontró y me entregó copia de esa acta, fechada en el Registro Civil de Río Cuarto el 10 de mayo de 1891. En ella se dice textualmente: .Manuel Roca, de veinte y dos años de edad, argentino, nacido en el territorio Sud (Pampas), domiciliado en la estancia "La Igualdad" de propiedad del señor Alejandro Roca, situada en este departamento, empleado, hijo de crianza del señor Alejandro Roca, argentino, comerciante, domiciliado en esta ciudad, no recuerda el nombre de la madre por haber venido muy niño de las Pampas (es indígino -sic-); y doña Juana Herrera, de diez y siete años de edad, argentina, nacida en los Llanos de la Rioja, domiciliada en La Igualdad.
Este documento resultó la punta de la madeja y factor de incitación para tratar de hallar más material probatorio.
II) Una de las cosas que sentía como un desafío era dar con la constancia de la muerte de Martín en las circunstancias que sus nietos relataban.
En el Registro Civil de San Miguel, provincia de Buenos está efectivamente esa constancia. Al día siguiente del que ellos me señalaron como el de la defunción, 6 de enero de 1923, se presenta el hijo mayor, Ramón Martín a denunciarla. No se menciona nada que haga pensar que la muerte ocurrió en el tren, sino que se da como sucedida en el cuartel Primero de ese partido, a las 17 horas y 50 minutos, de cáncer de estómago, según certificado médico del doctor Eduardo Burgos.
Ramón Martín declara ser soltero, de veintisiete años, accidentalmente en este pueblo. De el padre, con domicilio en General Levalle, dice que tiene 49 años, casado con Clementina Rivarola, que no ha testado y que ignora las demás generalidades de la ley. O sea, Ramón no sabía adónde había nacido el padre ni quienes eran sus abuelos paternos.
III) El casamiento de Martín, por civil, consta en el acta número 152 del 26 de octubre de 1894. Declara "22 años de edad, nacido en la Pampa Central (indio), domiciliado en la estancia La María, uvicada -sic- en la pedanía de la Reducción, departamento General Roca5 , empleado, hijo de padre y madre desconocidos. Ella, Clementina Rivarola de 16 años, nacida en Villa de La Paz, San Javier, domiciliada en la estancia La Igualdad, hija de familia, padre: José Rivarola, argentino, jornalero, fallecido en La Igualdad el 6 de noviembre de 1890. Madre: Clementina Herrera, argentina, quehaceres domésticos, domiciliada en La Igualdad, quien da su consentimiento. Testigos, Luis Jorge Duclos de 30 años, viudo, domiciliado en Río Cuarto y Patricio Alaniz de 22 años, soltero", del mismo domicilio que el novio.
IV) Por iglesia, la boda se celebra tres días después, acta número 96, donde sólo hay diferencias leves, que nada alteran. De Martín dice que es nacido en Tierra Adentro, vecino de la ciudad, y estanciero. Criado por Alejandro Roca. De la novia, la da como nacida en San Pedro, departamento de San Alberto, domiciliada también en la ciudad. El matrimonio se bendice sin misa nupcial. Testigos: Alejandro Roca e Inocencia Godoy.
V) El acta del matrimonio religioso de Manuel, número 45, es del día siguiente al del civil o sea el 11 de mayo de 1891. Respecto a la edad del novio, dice "como de veintidós años, nacido en Tierra Adentro, criado por Alejandro Roca, Jefe Político del Departamento". Hubo misa nupcial, y fueron testigos Nicanor Agüero y Ramona Benegas de Ceballos.
VI) El 15 de marzo de 1879, están registrados en las actas 109 y 110, libro número 17, folio 22, los solemnes bautismos de Manuel y Martín por el teniente cura Carlos Leonardi, con licencia del Cura y Vicario Encargado del Curato de Río Cuarto, P. Ludovico Quaranta. De ambos se dice que se ignora el nombre de los padres y que son nacidos en Tierra Adentro.
A Manuel se le calculan 7 años de edad, y a Martín, 6. Los cría Alejandro Roca, quien además fue padrino.
VII) De la época que investigaba para Los Campos de Roca, poseo copia de un listado del personal que trabajaba en La Igualdad, del año 1900 o posterior6 . No figuran los nombres de Manuel ni Martín Roca, ni tampoco el de las personas que aparecen como testigos en los documentos arriba citados.
(5) Aquí hay un evidente error, la pedanía Reducción está en el departamento Juárez Celman. En cuanto a estancia La María no la he ubicado. El campo que hoy se conoce como La María, próximo al pueblo de Alejandro Roca, proviene de un fraccionamiento hecho en 1905, fecha muy posterior al matrimonio.
(6) El membrete impreso prevé para la fecha el número 190 y punto. Legajo de Julio A. Roca, Archivo General de la Nación.
Hijos de crianza
Aunque aparece claro el concepto a nuestro entendimiento, la expresa mención que se hace en el acta del matrimonio civil de Manuel, despertó mi interés por saber que se entendía en la sociedad de fines del siglo XIX, en Río Cuarto, por "hijo de crianza". (Situación que se confirma para Manuel y Martín en los otros documentos donde se dice "criado por" o "los cría"). Ignoraba si la condición de "hijo de crianza" era algo que estaba en las costumbres o en las leyes.
Un trabajo que pude encontrar en Internet, de María Cassinari de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, titulado La Situación Jurídico-Social del Menor (1810-1870) hecha luz sobre el tema. Cita que en la Cuarta Partida de las siete que dictó el rey Alfonso el Sabio (1221-1284), se legisla sobre el particular, pero opina que en la sociedad se operaría con formas convencionales menos complicadas que las que establece el derecho. En párrafos siguientes dice textualmente "Desde el siglo XVII es notoria la presencia de hijos de crianza tanto en los hogares porteños como en las provincias, fenómeno éste que se proyectará hasta el siglo XX."
Más adelante expresa "..esta función (la de padres de crianza) no estaba resignada sólo a aquellas personas unidas en legítimo matrimonio, sino que, todos aquellos individuos que lo deseaban amparaban a los niños recibidos judicial o extra judicialmente: forzosa o voluntariamente; por caridad o interés; de padres conocidos, vivos o difuntos o, simplemente echados a las puertas de su casa."
Testimonios de que estos enunciados teóricos eran una realidad en la villa de la Concepción los da Víctor Barrionuevo Imposti en su Historia de Río Cuarto7 dice "A veces se procedía a permutar cautivos por indiecitos en poder de los cristianos" y transcribe a continuación párrafos de correspondencia de los años 1872 y 1873 donde hay varias referencias a esta situación. Una de ellas muy expresiva: ".no sé dónde está ni quien tiene este indio, y porque estas restituciones provocan mucho disgusto, como usted bien sabe, con las personas que les han cobrado cariño después de haberlos educado y tenerlos en su poder más de dos años".
Más adelante cita otra carta de 1879, al padre Donati, donde un amigo de Córdoba le da noticias del indiecito que le había pedido colocar. Lo cría un señor que tiene una fábrica de fideos, adónde el hijo de crianza debe trabajar, pero también asiste a la escuela de noche, "porque él quiere estudiar".
En el Registro que cito en el punto VI del apartado anterior, poco después de las actas de bautismo de Manuel y Martín están las número 189 y 190, que se refieren al mismo rito respecto de Mariano y María Rosas respectivamente, nacidos Tierra Adentro, hijos de Epumer y Emilia Nantuis a quien los cría el doctor Jerónimo Aliaga.
En el supuesto de que pudiera existir un reconocimiento posterior de la paternidad de Alejandro, revisé también los Libros de Órdenes Judiciales del Registro Civil de Río Cuarto, dónde el más antiguo es de 1903, y contiene nada más que anotaciones de nacimientos hechos fuera de término. El segundo tomo salta a 1910.
(7) Tomo III, página 214. (8) En la legislación positiva argentina, sistematizada por Vélez Sarsfield en el Código Civil que rige desde diciembre de 1889, no hay referencias a "hijos de crianza". Cosa que sí ocurre en disposiciones de varios países de América (Chile, Colombia, Puerto Rico, Costa Rica, USA), a veces denegando y a veces concediendo derechos.
Sobre Alejandro Roca
No he tenido acceso directo a documentación sobre la vida de este hijo primogénito de Segundo y Agustina Paz. Nacido en Tucumán en 1838, la bibliografía que he podido consultar lo da haciendo la escuela primaria en su ciudad natal, y para 1859 lo ubica en Buenos Aires. Durante la guerra del Paraguay (1864-1870) comerciaba en los pueblos correntinos o abastecía al Ejército en combinación con su hermano Ataliva quien permaneció entre porteños. Terminada la guerra habría seguido con la actividad comercial en pueblos de la provincia de Buenos Aires, Luna dixit, en Soy Roca.
En 1871, su hermano el General, vino a Río Cuarto, donde se hizo cargo de la guarnición en este punto de la frontera. En medio de su quehacer militar y político le encargó a un amigo que le compre, en 1874, en uno de los cuestionados remates en Buenos Aires, las 35 leguas de lo que inicialmente se conoció como "Las Terneras". Demoró en obtener el título de propiedad hasta el año siguiente, y en 1878 se presenta para que le sea reconocida el 50% de la pertenencia a Alejandro, ya que él había aportado la mitad del dinero.
¿Desde cuándo estaba Alejandro en la Villa? En 1875 aparece como concejal municipal. Es el primer dato cierto de su presencia aquí. Los indicios son que habría venido el año anterior, llamado por Julio para la atención del campo. Pero no hay certeza.
Vivió en Río Cuarto hasta su muerte en 1904. Durante estos 30 años su actividad es constante. En lo económico y en lo institucional. Concejal algunos años, Jefe Político varios más. Adherido a la masonería en Asunción en 1870, funda aquí la logia Estrella del Sud, en 1898. La gran cantidad de tierra que fue comprando a posteriori lo puede mostrar como un acaparador, un especulador. Pero la perfomance de La Igualdad demuestra gran iniciativa en lo productivo. Para armar ese establecimiento, en compras sucesivas (entre 1878 y 1884) logró unir cinco fracciones provenientes de las parcelaciones de la época colonial, en total 2.201 hectáreas, una extensión, si se quiere, modesta. Las dotó de riego, implantó alfalfa y exportó desde ahí los primeros novillos gordos, en pie, a Inglaterra.
A pesar de que fray Quírico Porreca lo trata en un escrito de "profundo ignorante", la generalidad de las crónicas periodísticas de la época lo tratan con respeto y consideración.
Culmina el bien hablar de nuestro hombre cuando fallece y la revista de gran difusión nacional Caras y Caretas, dice en la nota necrológica: "Era un hombre laborioso, honestísimo que á fuerza de coraje y trabajo había logrado formar una holgada posición, había emprendido las obras más animosas, dando pruebas siempre de un raro sentido práctico y de clara inteligencia. En Río IV durante muchos años estuvo dedicado á sus intereses, logró ganarse el aprecio de todos los que lo trataron, por su carácter bondadoso, pues amparó siempre a los humildes y a los honestos".
Conclusiones
El momento histórico en que Manuel y Martín nacieron, los usos de la época, la propia personalidad de Alejandro Roca, la época en que llegó a la zona; amén de los documentos, me hacen pensar que efectivamente estos dos Roca lo fueron por ser hijos de crianza a los que se los dotó del apellido. No consecuencia de una paternidad biológica que quisiera ser ocultada.
Situación que a mi ver no implica ninguna mengua, ni para el criador ni para los criados. Por el contrario es una muestra de la posibilidad de integrar dos culturas con beneficios para ambas. Demuestra la capacidad de asimilación de los indígenas. Estos no fueron los únicos casos en la frontera de Córdoba, están Carrenao, Mariano Rosas, etc.
En el caso de Manuel y Martín tenemos las evidencias, por un lado, del aprovechamiento de la instrucción recibida que se hace patente en la caligrafía de las firmas de ambos. Por otro, en las familias respetables que formaron.
Quizás si se hubieran multiplicado estas "crianzas de hijos", otro sería el país y nos habríamos librado de la carga que tiene nuestra sociedad en la conciencia colectiva por el exterminio que a imitación de otros tantos que hubo en la humanidad, nuestra clase dirigente llevó adelante como una solución.
Estos son los hechos, la realidad. Que debemos aceptar sin beneficio de inventario.
Sobre lo que podríamos llamar "la ubicación social" de estos hijos de crianza, llama la atención ver sus nombres en el periódico El Pueblo, que aparecía en Río Cuarto, mucho antes del diario del mismo nombre. En la edición del 30 de abril de 1893 (Manuel ya casado y Martín próximo a hacerlo), el tesorero de una comisión de homenaje al Dr. Bejarano (médico que vivía a metros de la estación del Andino según acotación de Mayol Laferrere) cree prudente hacer público el resultado de una colecta que se había hecho para obsequiarle un álbum. Da cuenta que una persona aportó $ 0,50, dos N.N. 1 peso cada uno y otras 56 personas que nomina, también un peso cada una. En ese listado están entre otros destacados vecinos Carlos Bouquet, Bernardo Lacasse, Alejandro Roca, Urban Saint Remy, Vicente Jorba y ¡Manuel y Martín Roca!
Aldo Hugo Cantón
Los Cisnes, marzo de 2002.